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En su acostumbrada forma de citar al pueblo para salir a las calles y manifestarse en favor de sus reformas, especialmente la laboral que está en tránsito a ser consulta popular, el presidente, Gustavo Petro, se suma otra vez a estas manifestaciones como parte de la conmemoración del Día del Trabajo. Están listas las centrales obreras, los indígenas que llegaron a Bogotá, los copartidarios que conforman el Pacto Histórico, los seguidores del mandatario; pero muchos trabajadores colombianos y empresarios saben que queda muy difícil salir a apoyar una propuesta que va a ocasionar dificultades y más problemas para la generación de empleo en el país.
No mienten los analistas económicos ni los generadores de trabajo en Colombia; sobre todo los pequeños, micro y medianos empresarios que son la mayoría de los que dan empleo y no ven cómo podrían mantener la fuerza laboral, mucho menos aumentarla, si se aprueban las 12 preguntas de lo que va camino a ser una consulta popular. El Gobierno Petro radicará hoy en el Senado esta iniciativa para que como poder legislativo y cumpliendo la Constitución le dé su visto bueno y se pueda empezar a hacer campaña para que el pueblo la vote en las urnas, o se hunda definitivamente.
Lo que se propone laboralmente puede verse muy bonito en el papel y escucharse muy lógico al amparo del proteccionismo y de la reivindicación de derechos porque resuelve algunas inequidades, no todas; pero hay que decir que no mejoraría el empleo, incrementaría los costos laborales, que serían insostenibles, y vendrían graves problemas porque no hay cómo suplir los empleos ni las fuentes de trabajo que se perderían. Si la intención es ir mejorando condiciones, debe ser un proceso paulatino a medida que lo permitan las circunstancias de la economía.
El Gobierno debería concentrarse en ir erradicando, a través de políticas públicas, las brechas laborales que están frenando la competitividad y el desarrollo. En Caldas siguen existiendo fuertes diferencias de género. Entre las 444.023 personas con alguna ocupación, 273.280 son hombres y 170.743 mujeres; pero al mirar la ocupación fuera de la fuerza de trabajo, la relación se invierte y se ve que 256.581 son mujeres y 111.367 hombres, lo que indica que la mayoría de mujeres o se encuentran trabajando en la informalidad o son parte de la economía del cuidado, que muy pocos valoran y mucho menos se reconoce económicamente. Este fenómeno, por citar solo un caso de desigualdad laboral en Colombia, es de los tantos que no resuelve la consulta popular.

Las marchas de hoy en el país deben desarrollarse en completa tranquilidad, y el Gobierno, como convocante, es el responsable de garantizarlo o de intervenir con la Fuerza Pública si se presentan alteraciones del orden. Ni la consulta popular, ni ninguna acción de Gobierno, se debe utilizar para abrir la campaña presidencial antes de tiempo y mucho menos aprovechar el presupuesto nacional para usarlo en estos propósitos políticos y darle ventaja al candidato del Gobierno, sea quien sea. El Día del Trabajo no debe ser la excusa para avivar odios y divisiones y menos para activar fines politiqueros.