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Hoy, Día del Niño, debería ser para celebrar que Colombia por fin da garantías plenas de derechos a todos sus niños, niñas y adolescentes, y que las fiestas que se han venido realizando durante esta semana, que son válidas para homenajear a nuestra infancia, no estuvieran opacadas por las duras realidades que les está tocando vivir a los menores de edad en todos los territorios. Esta fecha debería servir para que la sociedad se convenza de que hay que tomar medidas urgentes para cuidar a toda la infancia de cualquier asomo de violencia y discriminación, y restablecer las condiciones para permitir que sobre ellos haya bienestar y desarrollo integral.

La Agencia Pandi Alianza por la Niñez Colombiana aseguró que 7.2 millones de niños por su condición económica no tienen garantizados sus derechos de manera integral, y entre ellos hay 3 millones en pobreza extrema; además, que 82 de cada 100 delitos sexuales tienen como víctimas a esta población. El último Boletín Estadístico de Medicina Legal y Ciencias Forenses señaló que entre enero y febrero fueron 4.469 muertes violentas en el país, 291 de menores entre 0 y 17 años en homicidios, accidentes y suicidios. En cuanto a lesiones no fatales, de las 25.698 personas afectadas hubo 4.808 menores lesionados por violencia interpersonal, violencia intrafamiliar, presunto delito sexual y accidentes; siendo la violencia intrafamiliar las de mayor incidencia.

Pandi también cita un estimativo de Fedesarrollo en educación, encontrando que por cada 100 niños que se matriculan en primero de primaria, solo 44 logran graduarse de bachillerato a tiempo. De allí la inasistencia escolar y las tasas de deserción. Cada año el sistema educativo colombiano pierde un poco más de un millón de asistentes, situación directamente relacionada con las dificultades para salir de la pobreza. Se suma que la Defensoría del Pueblo reportó con preocupación que en el 2024 conocieron por lo menos 463 hechos de reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes para el conflicto armado, aunque advierte que el subregistro es alto porque buena parte de casos son silenciados.

Bajo estos contextos la situación de la niñez se vuelve cada vez más frágil e inestable en Colombia, y así en Caldas no se den todos estos fenómenos a la vez hay que tratar de establecer en los 27 municipios políticas públicas para hacerles frente a los que sí se están dando o prevenirlos. Hay una gran responsabilidad, empezando por las familias y pasando por los planteles educativos, las comunidades y las instituciones, de crear y facilitar entornos protectores para esta población.

Por Declaración de la ONU, todos los niños deberían estar gozando de principios de igualdad; protección especial para el desarrollo físico y mental; un nombre y una nacionalidad; alimentación, vivienda y atención médica adecuadas; educación y atención en salud; comprensión y amor de los padres y de la sociedad; acceso a actividades recreativas y de juego; protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación. El mejor regalo para cada uno de ellos es cumplir al pie de la letra estos principios, garantizando que puedan crecer sin tantos problemas.