Pasar al contenido principal

Árboles y suicidio
Señor director:

La columna de Camilo Vallejo Giraldo del lunes 12 de mayo estimula para hacer algunas reflexiones en torno a tan complejo fenómeno social: el suicidio. Los datos son escalofriantes y sobre todo para Manizales, donde nos preciamos de tener condiciones de vida buenas y que pueden ser suficientes para el bienestar emocional. Los datos del año 2024 con 24 casos y del 2023 con 48 nos dicen que suceden 2 y 4 suicidios respectivamente, en cada uno de esos años, cada mes, lo que es tristemente deplorable para la sociedad, las personas y la comunidad, no obstante de preciarnos de ser la especie inteligente del planeta.
Para que una persona tome la fatal decisión deben existir factores que le impulsen a ello, posiblemente tienen que ver con su familia, lo que nos dice que será necesario y urgente plantear intervenciones en esos entornos para prevenir tales decisiones tan adversas al desarrollo de una sociedad culta y civilizada. Refiere el columnista la influencia positiva que tienen los árboles y el poco interés gubernamental para que se siembren más, mencionando la avenida Santander y alguna decisión nociva para recortar los separadores que tienen un buen cantidad de árboles propiciadores de manera natural de un mejor medio ambiente.
Todo lo que signifique mejorar las condiciones medioambientales debe ser bienvenido y aquello que la afecta debe ser rechazado y prohibido como el caso del uso de la gasolina en el funcionamiento de carros y fábricas. El aire altamente contaminado por el CO2, resultado de esa combustión, no ha sido confrontado como debe ser para pensar de manera significativa en soluciones efectivas y reales. Como lo dice el columnista ‘árboles para el alma’ son necesarios para respirar aire puro. El gran daño hecho con la tala de bosques por décadas nos tienen bien complicados en asuntos de salubridad pública de allí la urgencia para que se tomen correctivos y que nosotros, los de a pié, nos comprometamos con ayudar en las soluciones. El suicidio no es una solución a los problemas de las personas, es más bien el incremento de un problema social de alto costo. Familias y entorno en general lo ven como una incapacidad que no permite desarrollo humano y origina aún más desequilibrio en la convivencia sana, interrumpiendo la supervivencia en general.
Rigobero Escudero Osorio

Medicamentos carísimos
Señor director:

Como en Colombia, nuestra bella tierra, pasan cosas tan raras cada 24 horas, ahora estamos enfrentados a un grave problema derivado de la negativa de las droguerías de las EPS para entregarles todos los medicamentos a los pacientes y obligar a estos a comprarlos en las farmacias y droguerías a unos precios francamente escandalosos. El caso es que muchas familias ahora están dejando de comer, no solamente por pagar las costosas facturas de los servicios públicos, sino que ahora hay que darle la ganga a los farmacéuticos o regentes por los mismos remedios que nos formuló el médico de turno, pero a precios altamente exagerados.
Eran mejores las épocas pasadas, cuando existían las denominadas boticas y había igualmente una oficina controladora de precios, que por lo menos no dejaba que a la gente la tumbaran.
Bernardo Molina Marulanda

Sección
Fecha Publicación - Hora
Metadescripción

Línea