Los tornadizos no dan confianza
Señor director:
Poner de moda el “voltearepismo” es francamente incentivar la despersonalización y la deslealtad en el ejercicio de la política. En los jugadores de fútbol, por ejemplo, está bien el cambio de camiseta, pero en hombres de la política es toda una forma estrepitosa que le trae degradación y mucho desprestigio social a los que se inscriban en semejante atentado contra las buenas costumbres. No dan confianza a la sociedad, seres humanos “volubles y tornadizos”. En la misma línea es bueno decir que, listas cerradas y abiertas deben seguir coexistiendo. Hay notables hombres públicos que no los debemos esconder en listas cerradas, pues hacen debate de ideas. Hacen mover con esplendor la política.
Rogelio Vallejo Obando.
Gracias, Once
Señor director:
Gracias, MI EQUIPO DEL ALMA, a todos los que hacen parte del ONCE CALDAS, por las alegrías que nos brindaron en el semestre. Ánimo, que hay que seguir para adelante y demostrar que tienen con qué y pueden ganar esa Suramericana. No se logró el objetivo, pero se demostró que son buenos y esta experiencia les sirva para fortalecerse. Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de grandes cosas en el fútbol y personales. GRACIAS.
Laura Franco.
Cúrate, mi niña
Señor director:
El uso terapéutico de sustancias psicodélicas como la psilocibina o el LSD para el tratamiento de enfermedades mentales como la depresión o el trastorno obsesivo compulsivo ha sido una revelación para las generaciones más jóvenes -pese a que en los 60 ya era común-. El éxito de su tratamiento está directamente ligado al acompañamiento de profesionales (psicólogos, trabajadores sociales). El consumo indiscriminado o incluso en ambientes meramente recreativos no garantiza efectos terapéuticos.
Michael Pollan dijo una vez que una experiencia espiritual no es sinónimo de una vida espiritual. Usted puede ser un niño y divertirse con la sustancia o puede ser un adulto y manejar mejor su vida con la misma. Por otro lado, aún existe un gran estigma hacia su composición y sus efectos a pesar de los impactos positivos que han demostrado tener. Sin embargo, aquí entra en juego la meditación. Los científicos que han estudiado los cambios neuronales provocados por la meditación han encontrado que son similares a los provocados por los psicodélicos usados en psicoterapias. La gran diferencia es el tiempo en que se consiguen los resultados: con la psilocibina, por ejemplo, los cambios ocurren en horas; con la meditación, los cambios pueden tardar meses o hasta años en manifestarse.
Por otro lado, la gran ventaja de ambos métodos es que no conllevan ninguno de los efectos secundarios (generalmente adversos) que dejan los fármacos convencionales. Suena como la panacea, pero esto es precisamente lo que los académicos de universidades como Johns Hopkins, la Universidad de Nueva York y el Imperial College de Londres siguen investigando. Así las cosas, con la crisis de salud mental acorralándonos, hay quienes pueden encontrar la ayuda urgente que necesitan a través de los psicodélicos y acompañados de un terapeuta. Quienes todavía rechacen esta opción y dispongan de tiempo, paciencia y, sobre todo, determinación, siempre tienen la alternativa de meditar. Independientemente de la opción tomada, los impactos en cuerpo y, sobre todo, en mente, son altamente positivos. Todas las personas necesitamos de mucho cuidado en todas las etapas de nuestras vidas. Nos corresponde también a todos, ya mismo, entender cómo podemos/debemos intervenir, máxime cuando la inacción trae como consecuencia directa las posibles pérdidas de vidas de la manera más injustificable.
Jaume Figueroa Londoño.
Hedonismo
Señor director:
¿A quién le gusta vivir maluco?, a nadie. El pensamiento del homo sapiens siempre ha estado en evolución, y, por ser el único habitante del planeta con facultades intelectivas, es el artífice o autor primario de ese desarrollo socio comportamental. Vivir cómodo en condiciones de bienestar óptimo, disfrutando en los entornos en que actúa, le permite aplicar al hedonismo, que no es otra cosa que provocarse conscientemente el placer, lo que se conjuga en felicidad, alegría, bienestar, buenos pensamientos, apego familiar y socialización óptima.
Desde la antigua Grecia, precursora de tan afortunado fenómeno, hasta nuestros días, la capacidad creativa del ser humano se ha ideado maneras de distraerse, como ejemplos: el baile y el deporte que estimulan partes específicas del organismo. El hedonismo en épocas pretéritas estuvo asociado solo a la actividad sexual, incluso como un “criterio de la ética sexual”, llegando a pensarse negativamente como una conducta inconveniente, lo cual ha sido un error. Ir a un concierto, a un evento deportivo o viajar constituyen actividades que le hacen honor a la lúdica, todas ellas con el componente del hedonismo característico del homo sapiens. En pueblos y ciudades se han creado clubes sociales en los que oficia la fiesta, y no pocos están dotados de diferentes escenarios y aparatos que posibilitan actividades deportivas como juegos de mesa, billares, canchas y otros; todos con fines de entretenimiento que conducen al hedonismo. Practicar un deporte con niveles de exigencia potencia en el sistema hormonal, la producción de sustancias químicas como la oxitocina, la testosterona, la epinefrina, que desencadenan el placer psicosomático y conducen al hedonismo. Tan hedonista es quien disfruta de un postre, como aquel que tiene un encuentro erótico, practica un deporte o hace un viaje turístico.
Rigoberto Escudero Osorio.